¿Te has decidido ya a comprar un piso y todavía no tienes la hipoteca? Entonces si lo quieres reservar lo primero que tienes que hacer es firmar un contrato de arras con el propietario. A continuación, te explicamos un poco más sobre este tipo de documento: su contenido, su validez, etc.

¿Qué es un contrato de arras?

Un contrato de arras es un acuerdo previo antes de formalizar la compra del inmueble, en el que se establecen las condiciones. La parte vendedora se compromete a vender el piso a la parte compradora, que tiene que abonar una cantidad de dinero determinada. Si una de las partes se echa atrás, se deberá pagar una indemnización.

La ley no determina la cantidad abonada, así como tampoco la cantidad de indemnización, por lo que estas dependerán del acuerdo al que lleguen comprador y vendedor. No obstante, se trata de un dinero que el comprador avanza de la suma total, por lo que la cantidad que se pague en el contrato de arras se descontará del precio final.

¿Qué información incluye un contrato de arras?

La información que incluye un contrato de arras es la siguiente:

• La información personal que permite identificar a comprador y vendedor, como el nombre y el DNI.

• Una descripción detallada del inmueble, tanto de su ubicación, como de sus características generales, como la superficie, el número de habitaciones, así como si también incluye otros extras adicionales, como trastero o garaje.

• La cantidad de dinero que el comprador pagará como adelanto en concepto de reserva.

• El precio de la vivienda, la fecha limite en la que se firmará la venta, los gastos por compraventa y también el reparto de cargas de la vivienda.

¿Qué validez legal tiene el contrato de arras?

El Código civil regula todos los contratos de arras, en el cual se establece que, si un vendedor incumple el contrato, este deberá devolver la fianza y pagar una indemnización del doble de la cantidad entregada por el comprador. En caso contrario, si el que lo incumple es el comprador, entonces este perderá la fianza que se depositó como señal.

Si el contrato de compraventa no se celebra en el plazo establecido en el contrato de arras, la parte que sea responsable de este retraso será la que pierda el dinero de la fianza.

No obstante, si el comprador descubre algún “vicio oculto”, es decir, algún defecto grave o muy relevante en el inmueble que se desconocía y no estaba estipulado previamente en el momento de la firma del contrato de arras, entonces tendrá derecho a echarse atrás y no comprar el inmueble, y podrá recuperar parte de la fianza.

Gracias al contrato de arras, se pueden establecer unas condiciones previas a la compraventa del inmueble, en las cuales se nos puede permitir ganar tiempo y negociar con los bancos la concesión de la hipoteca o incluso ganar tiempo para gestionar el traslado de una casa a otra, por lo que es especialmente útil en estos casos.

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